lunes, 17 de diciembre de 2012

We Run Santiago 2012


Providencia, Santiago. Sábado 15 de diciembre.

19:30 hrs. Saliendo de casa con mis primas hacia el evento running del momento: We Run Santiago 2012
 
19:50 hrs. Bajo del automóvil y me dirijo junto a otros cientos que van por la misma cuadra hacia el núcleo del evento.

Mucha, pero mucha gente, mayoritariamente de negro (con la polera oficial) y otros tantos con poleras multicolores de otrora ya varias carreras pasadas que ahora sólo son un fiel recuerdo de aquellos momentos.

Elongo, elongo más y me coloco junto a otros miles, unos 200 metros antes de la partida, donde aún queda espacio para estar tranquilo y no muy apretado. Aprovecho para seguir elongando...

20:30 hrs. Largada... Empieza la fiesta del running We Run Santiago 2012... La adrenalina comienza a subir... aún no se puede andar a un ritmo muy alto, ya que hay mucha gente delante. Además, 4 kms en ascenso al cerro San Cristóbal debían ser enfrentados en plenitud de condiciones...

Empieza el ascenso al cerro en el km 1,5. Se escucha a los corredores que van delante y que, seguramente, muchos de ellos son primerizos, expresiones tales como: "Aaah!!" "Oooh!!"... "Waaah!!" Que expresaban el asombro, la sorpresa o el impacto mental que les producía la entrada al ascenso del Cerro San Cristóbal... es una primera curva "come piernas", se siente de inmediato el impacto de la subida. Al instante baja la velocidad de los corredores que van delante, yo mantengo mi ritmo y comienzo a adelantar a otros runners... es difícil, ya que es una gran masa que va más lento que yo. Logro enfrentar la subida de buena manera... 

Kilómetro 3 y ya siento los primeros embates de una subida a un ritmo más rápido del presupuestado. 500 metros más adelante se encuentra el primer puesto de hidratación. Me detengo y tomo un cartón de "Powerade", realmente esa detención fue el golpe de gracia del cansancio... debí haber mantenido un ritmo menor al recoger el líquido, pero nunca detenerme... 40 segundos tardé en vaciar ese cartón y seguir corriendo... aumento el ritmo para compensar una detención innecesaria.

Kilómetro 4 y ya se ven los estragos de la subida... uno que otro caído... mucha personas caminando, sobre todo mujeres, jóvenes, rojas como tomates, quienes probablemente se imaginaron algo más simple de lo que estaban viviendo realmente.

Sigo mi ruta, oscurece... este kilómetro se hace eterno... vislumbro a lo lejos el kilómetro 5 y nuevamente puestos de hidratación... A partir de allí comienza el descenso, la bajada, donde hay que recuperar el tiempo perdido, flotar y rematar la carrera con las reservas guardadas en la subida. Así planifiqué mi carrera. Ascenso a un ritmo que me permitirera rematar en los últimos 5 kilométros de bajada y hacia la meta, cuidando de no lesionarme como en la anterior corrida que realicé, donde tuve que parar por casi un mes por una tendinitis peroneal... Abro paréntesis: Donde también me "profesionalicé" un poco y decido realizar el análisis de mi pisada, comprobando que soy un supinador neto, es decir, pertenezco a ese 7% de runners que tiene ese tipo de pisada. ¿Por qué no puedo pertenecer al otro 93% restante? Sería más fácil encontrar una zapatilla adhoc y lesionarme menos. Esta vez mis Skechers Pro Ressistance, con una amortiguación increíble, cumplieron a la perfección su objetivo... Nada que envidiarle a las Nike o Adidas... Bien por Skechers que entren al mercado fuerte con zapatillas de muy buena calidad. Cierro paréntesis

Decido no hidratarme esta vez, no estaba exhausto ni con necesidad de líquidos... Si quiero correr los 21K, la hidratación no aparecerá hasta por lo menos en el kilómetro 7, así que sigo de largo y comienza el descenso.

Ya está casi totalmente oscuro. Son aproximadamente las 21:05 hrs. Sombras (les digo sombras, pero éramos nosotros con nuestras poleras negras... parecíamos sombras realmente) adelante corriendo con más ganas. Se siente el entusiasmo y la adrenalina de la bajada. La panorámica es maravillosa. Una ciudad completamente iluminada que, desde las alturas, dibuja una postal simplemente inolvidable...

Kilómetro 8, termina el descenso y saltamos a la autopista. es la señal de que la meta está cerca. Miro hacia mi izquierda y veo decenas de autos detenidos, mientras yo avanzo a tranco firme. Muchos bocinazos de gente al volante incómodos por esa paralización, porque les cortaron el tránsito para que miles pudieran pasar por "sus autopistas". Es justo destacar que estaban cómodamente sentados en sus asientos acolchados de sus vehículos, asi que tanta incomodidad tampoco había... Otros tantos sentados en esos mismos vehículos alentaban a "esos locos que corren" ya que sabían que estaban intentando "superarse a sí mismos", y que unos minutos de detención eran irrelevantes para el contexto en cuestión.

Kilómetro 9... Sólo quedan mil metros... la chica que va un metro delante pregunta al banderillero: "¿Cuánto falta?" denotando en sus palabras un cansancio y ansiedad propios de quien está por cumplir su objetivo tan anhelado. el banderillero responde: "Sólo dos cuadras y media... Vamos, Vamos!!!"... La gente que se concentra en las aceras nos mira perplejas, muchas aplauden y dan ánimos "Ya falta poco!!... Vamos!!".

Quedan 300 metros... con la última gota de esfuerzo recorro ese tramo... Estoy exhausto. Suena en mi mp3 "Welcome to the Club" de Manian, por segunda vez, aunque en esta ocasión en la versión de 180 bpm.

Cruzo la meta, me cuesta frenar... terminó todo... cumplí mi objetivo!... Bajé mi tiempo, prácticamente  en un 15% en relación a la versión del año 2011. Recorro el sendero, entrego el chip. Busco en medio de un caos enorme, una bebida isotónica donde cientos de runners buscan lo mismo que yo, lo consigo sin mayor problema y bebo sin mediar segundo alguno, estoy exhausto, necesito líquido... qué sensación más placentera.

Llega el momento de estirar, me ubico cerca de un camión con pantallas gigantes... estiro, luego voy al pasto... sigo estirando...

Cruzo hacia la zona de masajes, fruta y evento electrónico. El masaje post-carrera fue uno de los ingredientes principales para amanecer al día siguiente sin dolor alguno... reponedor a más no poder... Cómo pocas veces había visto, sólo había una persona antes que yo, así que era él momento para entrar a la fila. Luego, frutas... un par de naranjas y un plátano... Luego DJ Sacha López, excelente evento... nada que decir... Una organización fenomenal, el caos propio de albergar en un evento a más gente  de lo presupuestado (porque siempre hay "colados" no inscritos, pero da lo mismo, todos tenemos derecho a disfrutar de esta fiesta, disfrutan corriendo y eso es lo importante)

Llegó el momento de marchar, son ya las 22:30 hrs. Sabía que era muy probable que no me encontrara con mi prima, ya que ella no sabía donde estaba la meta, y probablemente se perdiera en mi búsqueda y, efectivamente eso pasó. Asi que tendría que irme en metro a casa. Quedaban menos de 40 minutos para encontrar abierta la estación, así que me tenía que apurar...

Camino por calle Alonso de Córdoba y vuelvo mi mirada atrás, dejando en el recuerdo, estas imágenes de momentos en que la lucha por un objetivo común nos une nuevamente como chilenos, dejando las diferencias atrás, apostando por cumplir cada uno nuestras metas y ayudando "al del lado" cuando un inconveniente se presenta en carrera, la "solidaridad del runner" para con su igual...

Lecciones de vida en tan sólo 60 minutos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario