No hay aprendizaje verdadero
sin contrastar lo aprendido con la realidad.
Ese es y está siendo mi
aprendizaje en este momento. He contrastado una verdad que, si no se vive, es
difícil de comprender: “Has lo que te apasiona” o más sencillo aún: “Trabaja en
alguna actividad que te apasione”… En 7 años, y sobre todo en los últimos 2
años, he comprendido cuán importante es esta máxima (o cita).
Si trabajas en alguna
actividad que no te llena en el alma, que no te apasiona, que no darías más
horas de tu vida, por nada del mundo, en seguir realizándola fuera de tu
horario de trabajo (independiente del dinero de por medio), significa que tu
pasión está en otra parte… así de simple… Menos aún quedarían ganas para crear
algún negocio o emprendimiento en algo que, sencillamente, no está en nuestro
ADN…
Más aún, las personas que
muestran mayores niveles de satisfacción con su vida, las que presentan un
menor stress (aunque trabajen 20 horas diarias), las que enfrentan con mayor
optimismo cada día y las que se mueven sin contrapesos emocionales por la vida,
son aquellas que están haciendo los que les gusta… así de sencillo.
Una persona que nació para
trabajar al aire libre, que nació para trabajar al aire libre, será
tremendamente infeliz en un trabajo de oficina de 9 horas diarias. Una persona
que nació para trabajos flexibles o no se lleva bien con los números, sufrirá
tremendamente en un trabajo de contador o que involucre labores repetitivas.
Una persona cuyas habilidades,
conocimientos y gustos, no se encuentran en armonía con el tipo de actividad
que desempeña en su diario vivir, se encuentra en una situación terriblemente
desventajosa… (no necesariamente en el ámbito económico, porque puede que le
paguen bien) vocacional, emocional y laboralmente, porque no satisface su
necesidad de crecimiento personal en las actividades que desarrolla y no está
necesariamente a gusto emocionalmente con su día a día (ya que la mayoría de
las personas trabaja 5 días de la semana de un total de 7 y, algunas, incluso
más).
Por eso, quizás, vemos tanta
carga emocional negativa en el diario vivir. Esa ansiedad por conseguir llegar
lo más rápidamente posible, lo más arriba que se pueda… generalmente asociado a
un sueldo mayor… independiente de si esa forma de empleo o emprendimiento va
con nuestro ADN principal, o si calza necesariamente con nuestro objetivo de
largo plazo, que tiene que estar en concordancia con nuestros deseos y sueños…
Mucha gente se olvida que el
fruto de nuestras acciones no se ve de inmediato… al tercer mes de trabajo es
probable que no recibas un ascenso, ni el doble de sueldo, ni probablemente
llegarás a ser gerente general de alguna empresa al año de empleado. NO. Todo
lo contrario… las grandes gestas demoran años… Horst Paulmann creó su imperio
en décadas. Angelini tardó décadas en poseer el sitial que ostenta. John Nash
recibió su premio Nobel casi 40 años más tarde de que se le ocurriera la idea
que inspiró su trabajo.
Las cosas no pasan de un día
para otro… por eso hemos de conocer nuestra vocación, habilidades y
conocimientos… tener nuestros objetivos claros, como el agua… ¿Estoy rindiendo
bien en mi trabajo y estoy conforme con mi vida personal? ¿Estoy realizando lo
que me apasiona? ¿En qué estoy actualmente?, ¿Dónde quiero llegar?, ¿Es acorde
el o los objetivos propuestos con mis habilidades, conocimientos, trabajo y
sueños? ¿Qué puntos débiles tengo que fortalecer? ¿Cuáles son mis fortalezas?
¿Están acordes con mis objetivos? ¿Cuáles son los pasos a seguir para cumplir
mis objetivos? ¿Cuáles son los plazos?...
Bueno, una cosa tengo claro,
encontré (o más bien reconocí) lo que me apasiona… creo que finalmente estar un año tranquilo, quieto
y sin grandes ataduras, me han hecho reflexionar de una forma que ni yo mismo
imaginé…
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